Merle Liivand, la sirena ecológica que nada por una buena causa

Merle Liivand, la sirena ecológica que nada por una buena causa

El 7 de mayo pasado, Merle Liivand, nadó 42,2 kilómetros en las turbulentas aguas de Miami Beach, Florida para celebrar el día Mundial de los Océanos. El tiempo que le llevó fue 11 horas y 54 minutos y batió su propio récord haciendo el recorrido más lejano con una monoaleta. El mismo comenzó en el puerto deportivo de Sunset Harbour y continuó por la bahía de Biscayne 
Merle es una talentosa nadadora de competición y activista ambiental cuya principal meta es proteger nuestro océano de la devastación y crear conciencia sobre el daño que causa la contaminación. Usa su experiencia en la natación de aguas abiertas para llamar la atención a todo el mundo sobre este tema. 
Lo que hace que sea original su manera de defender el planeta es que nada sin usar los brazos, sino que imita a las sirenas con una original monoaleta de goma. Esto le sirve para incrementar la resistencia y también su velocidad.  
En cuanto a su pasión por la natación, Merle comenta “Nací con problemas de salud autoinmunes, y empecé a nadar porque mis pulmones se colapsaron” y agrega “Hoy, mi intención es luchar por los pulmones de la Madre Tierra”. La sirena nada de manera similar a la que hacen los delfines  
“Nadar con la monoaleta sin usar los brazos es similar a cómo nadan los delfines y los animales marinos. Tienen una aleta y no pueden usar los brazos”, dice y añade “Usar una aleta envía al mundo un mensaje mayor. Es injusto que hayamos llegado al punto de que los peces, los delfines y las tortugas estén rodeados de plástico que acaba en sus estómagos, y siento que nosotros, como humanos, somos los siguientes.”

Su entrenamiento
Para prepararse con el fin de romper su récord, durante más de un año, se levantó a las 4 de la mañana todos los días y se expuso a las mismas condiciones que encontraría en el mar el día esperado. “Mi último récord fue de 30 kilometros (18,6 millas) y la madre tierra realmente me desafió. Nadé en condiciones muy difíciles y sabía que, si esta vez nadaba en la bahía, no habría una corriente loca”, dijo. Además, agregó que “Durante 13 meses, cambié realmente mi entrenamiento. Hice planchas durante 50 minutos 3 veces por semana, asistí a yoga caliente, me centré en mi respiración y nutrición, y conecté conmigo misma. Realmente me inspiró para aprender a ser más fuerte e ir contra la corriente.” Increíblemente, también incrementó su fuerza con una tela de paracaídas con la que arrastró a sus compañeros durante varios kilómetros usando su monoaleta. 
“Lo más difícil ha sido siempre calcular mi alimentación. Sabes que tienes muchos kilómetros por delante, así que tuve que comer mucho para prepararme para este evento”, comentó y agregó “Utilicé más de 11 mil calorías durante la natación. Me aseguré de tomar batidos, comida para bebés y sopa. No puedes comer nada pesado porque utilizas mucho tu núcleo” y añadió que “Cada vez que comía, tomaba aceite de coco porque las condiciones en las que nadaba eran saladas y soleadas, y si comes comida salada, se te puede hinchar la lengua”.
Anualmente, se arrojan unos 2,5 millones de kilos de basura plástica. Esto fue lo que llevó a Merle a tomar la decisión de realizar esta hazaña.”Cuando veo basura, me enfado”, dice.“Pienso en los manatíes que están muriendo porque no hay suficiente hierba marina para que coman, o en los niños que sufren porque los microplásticos han afectado a su salud intestinal. Al fin y al cabo, esto no es solo un récord, se trata de ayudar a la comunidad y al mundo”, concluyó.

Miami Diario
Autor: Carlos Falcon 2:46 am

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